El paciente que busca una rinoplastía estética persigue una mejoría en el aspecto global de su nariz y esto conlleva a una mejor armonía facial. El cirujano busca hacer los cambios necesarios en la nariz para lograr estos objetivos. El paciente luego de la cirugía normalmente queda satisfecho con el resultado que ha obtenido porque valora la mejoría alcanzada. Esto se consigue en más de un 90% de los casos, según las estadísticas internacionales de satisfacción en rinoplastía. Sin embargo, algunos pacientes, pueden sentir cierta frustración porque encuentran detalles que no les gusta, que les resultan más importantes que la mejoría global. Esto también frustra al cirujano que no logró el objetivo buscado: la satisfacción del paciente con su nueva nariz. Hacia este pequeño grupo de pacientes está dirigida esta nota.

Las expectativas del paciente que consulta para rinoplastía determinan de alguna manera el nivel de satisfacción final postoperatoria. Si las expectativas son realistas y alcanzables por medio de una cirugía, el caso probablemente termine con un paciente feliz por los resultados obtenidos. Cuando las expectativas del paciente son más altas que las que la cirugía puede ofrecer entonces probablemente haya una decepción al ver que los objetivos no se han logrado. También puede ocurrir que los objetivos no se logren por complicaciones post quirúrgicas o retracción cicatrizal , entre otros asuntos.

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1.
Cuando hay insatisfacción…

Es importante diferenciar el motivo por el cual el paciente no siente que el resultado haya sido satisfactorio. Exploremos algunos motivos de instatisfacción

No ha transcurrido el tiempo suficiente:

La nariz se sigue modificando hasta pasado un año de la cirugía. Igualmente el resultado es ya visible y notorio los primeros meses. Pero cuando la piel es muy gruesa tendremos que esperar mucho más tiempo para ver el resultado final. Si la evaluación de los resultados se hace prematuramente, por ejemplo al mes o dos meses posoperatorio, es posible que se juzgue inadecuadamente el resultado. Son comunes la inflamación selectiva de un área que hace ver la nariz como si estuviera torcida, la inflamación de la punta de la nariz, que hace parecer que ha quedado muy ancha. También hay un tiempo para esperar a que los cambios se asimilen. La autoimagen se tiene que amoldar al cambio externo, y esto puede llevar unos días o meses. Es común encontrar ansiedad los primeros días, que impide ver el cambio como positivo y esperar el tiempo suficiente como para juzgar el resultado definitivo.

Contrariamente a lo que se cree, el tiempo de espera clásico de 6 meses para realizar una rinoplastía de revisión tiene más que ver con tomar una desición madura de reoperarse más que con una cuestión técnica. Muchos pacientes que inicialmente tienen deseo de volver a retocar su nariz porque no están conformes con el resultado, cambian de opinión luego de unos meses. Técnicamente se puede reoperar desde el primer día postoperatorio. Pero cuanto más tiempo pase, mayores son las posibilidades de encontrar los detalles que se desean resolver y más madura será la desición de hacerlo.

Hay detalles:

Ser detallista es muy útil en varios ámbitos de la vida, buscar la excelencia puede ser una meta. También es bueno que el cirujano sea detallista, que deje la menor cantidad de cuestiones libradas al azar. En el campo de la rinoplastía los detalles son la regla. Luego de operarse, casi no hay nariz que no tenga imperfecciones. El cirujano no puede controlar detalles menores a un milímetro. Los más comunes son las pequeñas asimetrías, bordes visibles y la indefición de la punta en piel gruesa. La diferencia entre ser detallista y ser obsesivo puede ser difícil de discernir. En términos generales se puede afirmar que si los detalles son más importantes que la evaluación global, entonces la obsesión es la que está dominando. Cuando una persona es detallista pero al mismo tiempo flexible, suele comentar algo así como: » Me gusta el resultado. Reconozco que hay detalles, pero mi nariz está mejor que antes, definitivamente».

Las expectativas no eran realistas:

Una creencia popular es que por haber sido operado/a de la nariz, entonces tengo que lucir la nariz que yo quiero, casi como «copiar y pegar» la nariz de otra persona. Esto es imposible. Inclusive tomar como ejemplo otro caso es a veces contraproducente, básicamente porque la estructura de la cara puede influir enormemente en como percibimos esa nariz. Asimismo, el error más común al tratar de transpolar la nariz de una persona en otra es la diferencia en el grosor y la cantidad de piel. Hay pacientes con piel muy gruesa que no logran la definición o el afinamiento que desean por más que la cirugía haya sido un éxito. Por otro lado, el tamaño total de la piel de la nariz es casi inmodificable, quiere decir que el cirujano se las tiene que ingeniar para distribuir la forma de la nariz de una manera armoniosa y agradable muchas veces dando la apariencia del cambio de tamaño pero realmente sin haberlo modificado.

Hay complicaciones:

Una infección postoperatoria, desprendimiento de puntos de sutura, trumatismos inmediatos, reabsorción de injertos o causas inclusive desconocidas por el paciente y el cirujano, pueden evidenciar resultados que no son los esperados. Muchas veces se requiera una intervención inmediata o diferida para restituir lo afectado por la complicación postoperatoria.

Es importante saber que las chances de retoque de una nariz están en el orden del 10% . Esto significa que una de cada 10 personas que se someten a una cirugía estética de la nariz puede requerir una nueva operación para terminar de dejar el mejor resultado posible.

Influencias por las opiniones de los demás y dismorfofobias:

Algunos pacientes son muy susceptibles a las opiniones de los demás, y juzgan su propio resultado en relación a la selección de los comentarios adversos de las otras personas. Inclusive cuando la gran mayoría de las personas opinen positivamente sobre el resultado obtenido, con solo escuchar un mínimo comentario negativo de un detalle, puede ser suficiente para desencadenar un pensamiento recurrente de que «quedó mal». Si hay antecedentes médicos personales o familiares de depresión u otros problemas de ansiedad o de la imagen corporal, el cuadro puede desencadenar en una depresión. Algunas veces el paciente deja de salir, de mostrarse en público, de estudiar o trabajar y sienten que todo el mundo está observando el «defecto» que tiene, a simple vista.

Un error muy común es preguntar a los demás si ven esa imperfección que ellos mismos ven. Los consultados suelen influenciarse fácilmente para ver «el defecto» y terminar diciendo que «lo puede ver», muchas veces solo para calmar al que pregunta. Ahí es donde refuerzan la idea del «mal resultado». En realidad se suele tratar de detalles que no deberían tener trascendencia. Un buen consejo es tratar de imaginar a otra persona con esas imperfecciones y medir cuanta importancia le daríamos. Seguramente nos sorprenderá que si ese detalle lo tuviera otra persona, lo consideraríamos «menor» o «poco importante».

La asimetría facial impide evaluar el alineamiento de la nariz:

La nariz es el único parámetro vertical de la cara. Las asimetrías faciales son muy comunes. Lo más típico es que la mitad izquierda de la cara sea más pequeña que la mitad derecha. Esto puede evidenciarse porque en una foto de frente el ojo izquierdo suele verse más bajo y la sonrisa, en lugar de ser completamente horizontal, es sutilmente curvada hacia arriba en su parte izquierda. Otras veces, el centro de la cara en la frente no está alineado al centro de la cara en el labio superior. La nariz normalmente busca el centro de la cara tanto arriba como abajo, pero eso implica necesariamente que su dirección no sea completamente vertical sino inclinada. El alineamiento en esos casos es virtualmente imposible. Porque si intentamos alinear la nariz en el eje vertical completamente, vamos a generar una asimetría seguramente en la vista de base (desde abajo), o una asimetría en la cantidad de orificio visible de frente. Entendiendo este concepto, es aceptable y completamente normal que la nariz no esté totalmente alineada en el eje vertical.

2.
Como se resuelve.

Cualquiera sea el motivo de insatisfacción, la frustración que genera afecta tanto al paciente como al cirujano. El objetivo en ese caso consiste en ponerse ambos, paciente y cirujano, del mismo lado para afrontar el problema y ver como se resuelve. Algunas veces con nueva intervención, otras esperando, pero siempre con paciencia y apoyo familiar.

 

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